Ha venido siendo un largo y duro recorrido el que los que abogamos por el respeto a las libertades civiles y los derechos individuales hemos dado. Desde la primera vez que el Ministerio de Salud decidió enviar un Decreto que prohibiera la venta de cigarrillos mentolados, hemos venido denunciando lo arbitraria y poco informada de la decisión. Posteriormente celebrábamos que así lo considerara también la Contraloría General de la República (CGR) al determinar que el Decreto del Ministerio no argüía de forma suficientemente contundente la nocividad del mentol en el tabaco, declarando además que no se ajustaba a derecho. Finalmente, el Ministerio continuó con su afán de decirnos qué y cuánto fumar, juntó, supuestamente, mayores antecedentes y volvió a enviar el Decreto a contraloría para que tomara razón y ejecutar así la prohibición tan anhelada. Paralelamente, organizaciones ligadas a respaldar y fomentar estas restricciones a la libertad, inician una campaña comunicacional encargando estudios de opinión pública, los que son transmitidos de forma bastante sesgada y tendenciosa, restándoles seriedad y objetividad.
Luego de la última arremetida de la autoridad de Salud, esperábamos con ansias lo que vislumbrábamos sería la respuesta definitiva de la Contraloría: no acoger el Decreto prohibitivo de los cigarrillos mentolados. El organismo contralor insiste en que no le corresponde pronunciarse acerca de eventuales beneficios o perjuicios para la salud al respecto. Siendo aún más precisos, Contraloría señala que “no se aporta ningún nuevo antecedente en orden a demostrar que en la especie existe relación de causalidad directa entre la sustancia o aditivo que se pretende prohibir y la consecuencia o efecto de aumentar los niveles de adicción, daño o riesgo que el artículo 9° de la Ley N° 19.419, exige para disponer una restricción de esta naturaleza”.
Evidentemente la elocuencia, determinación y argumentos del organismo debiesen ser lo suficientemente contundentes para que el Ministerio no insistiese con esta aparente obsesión que tiene con los cigarrillos mentolados. Por otro lado, sin perjuicio del comportamiento que la cartera ha tenido respecto a este tema en particular, hemos de esperar que las nuevas autoridades electas no insistan con un tema que en base a la evidencia y resoluciones relacionadas, no pasa de ser más que un capricho. De todas formas estaremos muy atentos.