La semana pasada EE.UU bombardeó Siria, en respuesta a un ataque químico por parte del gobiernos de Bashar al-Ássad, evento que desmintió junto a su aliado Rusia. Este jueves 13 de abril, el presidente Donald Trump lanzó sobre el estado islámico la bomba más poderosa existente hasta el momento (no nuclear). Es primera vez que los norteamericanos usan esta arma en el campo de batalla.

Con un peso de 10 toneladas, el armamento tiene como nombre GBU-43/B Massive Ordnance Air Blast Bomb (MOAB) y fue apodada por la prensa como «la madre de todas las bombas» (Mother Of All Bombs).

Según fuentes del ejército militar norteamericano, el ataque efectuado en Nangarhar,  provincia que está junto a la frontera con Pakistán, la misión fue una operación exclusivamente para derrumbar túneles subterráneos y terroristas del estado islámico de ISIS. Además, mencionaron que en el mismo lugar tropas estadounidenses sufrieron ataques por parte del grupo radical.

Es un panorama tenso para la comunidad mundial. Por un lado, tenemos a EE.UU atacando Siria, que tiene como aliado a Rusia y a Irak. Luego envió un buque portaaviones a las costas de Corea del Norte, donde China movilizó a 150 efectivos militares a las fronteras con nor-corea. El presidente estadounidense, Donald Trump, advirtió este jueves que Corea del Norte es “un problema que será atendido”.

Y ahora ataca Afganistán con la bomba más destructiva No nuclear usada hasta ahora, dando muestra de que cada movimiento tensa más una cuerda de la que todo el mundo depende.