La violencia de Estado es la mediocridad del trabajo de los funcionarios públicos, reflejado en la vida práctica de la gente que deposita su confianza en ellos. Reformas y leyes que responden a sectores políticos y a la permanencia en los puestos del gobierno, como también a las esferas económicas que han dado forma a los engranajes de la política nacional. Dentro de esta atmósfera, se han perdido los objetivos y el foco de la misión que tiene el país: el bienestar de los chilenos.
Violencia de Estado es mantener a una mujer jubilada en modalidad de Vejez Edad Retiro Programado (pensiones pagadas por las AFP), donde recibe 154 mil pesos para pagar sus costos básicos: comida, medicamentos, movilización y ocio. Mientras los políticos viven con grandes sueldos que mantienen al jubilarse. ¿Usted conoce a alguna persona que haya trabajado un solo periodo en una empresa para luego retirarse y seguir ganando el mismo sueldo de por vida?
Violencia de Estado es no legislar a favor del aborto y dejar de lado a 90 mil personas cada año, como también utilizar el pareo parlamentario para abstenerse de una votación clave para el futuro de millones de mujeres en el país. Violencia de Estado es enredarse en una discusión de principios personales, legales y religiosos, mientras la libertad de cada mujer se ve desplazada por la opinión ética de un sector u otro. Así, los casos se acumulan bajo las 3 causales, ante la espera y los protocolos que no otorgan ninguna solución en el corto ni mediano plazo.
Violencia de Estado es dejar morir a 1.313 niños y que a la fecha no cuenta con ningún responsable, cuando la misión es precisamente dar las herramientas para una vida digna. Violentan a los ciudadanos chilenos al hacer inalcanzable la educación, cuando dejan que las farmacéuticas se coludan sin castigo, cuando la Corte Suprema rebaja las condenas de femicidas entregando libertades a quienes no lo merecen, cuando el transporte público es inhumano. Y así, podemos mencionar un problema por cada ámbito del sistema público y político.
La Violencia de Estado la generan las personas que conforman los equipos de trabajo dentro del gobierno, donde su labor debería resguardar la integridad de los ciudadanos. En Quiero Elegir queremos despertar la conciencia de nuestra comunidad, para que entendamos que el poder real radica en nuestras propias manos. Tengamos todo esto en cuenta al momento de ir a sufragar, para marcar una diferencia y avanzar a la sociedad que queremos.