Proteger la libertad de prensa es justo y necesario

La prensa ha tenido un rol preponderante durante los últimos 50 años, aún cuando la libertad de prensa se vio amenazada, existieron medios, periodistas y editores que sacaron a la luz pública verdades irrefutables, incluso en la actualidad, los más grandes escándalos presenciados tienen su origen en una investigación periodística.

Podemos nombrar varios, “El libro negro de la justicia chilena”, escrito por Alejandra Matus, que en 1999 abordaba las malas prácticas del poder judicial, cuyas represalias la obligaron a establecerse en Estados Unidos, hecho que sucedió en plena democracia. Luego, vinieron casos como la captura de Paul Schaffer, realizada por un equipo del programa de investigación periodística de canal 13, llamado Contacto. 

Asimismo, un capítulo que golpeó a la iglesia católica fue el caso de abusos sexuales cometidos por el sacerdote Fernando Karadima, dados a conocer por las propias víctimas en abril del 2010 en el programa Informe Especial transmitido por Televisión Nacional de Chile. Las consecuencias de esta publicación alcanzaron ribetes internacionales cuando el propio Papa Francisco, en un hecho inédito, pidió perdón a las víctimas. 

Podemos nombrar también, casos como el PacoGate, investigación que dio origen al libro escrito por el periodista Mauricio Weibel denominado “Ni orden ni patria: La trama secreta del “Pacogate”, el mayor fraude fiscal en la historia de Chile.  

En febrero del 2015, la revista Qué Pasa publicaba el reportaje, “Un negocio Caval”, en el que señalaba que la sociedad Caval Limitada, de la cual la nuera de Bachelet, Natalia Compagnon, era dueña en un 50%, recibió un crédito por $ 6.500 millones para comprar tres terrenos en Machalí que se valorizarían con el cambio al plan regulador que se discute en la región, aumentando considerablemente su valor. Este hecho marcó un antes y un después en el segundo gobierno de Michelle Bachelet, cuyos coletazos aún permanecen.

La lista es interminable y por lo mismo resulta de relevancia que la prensa siga realizando su trabajo, pero con ciertas garantías.

En este sentido, cobra relevancia el nuevo proyecto patrocinado por el estado que apunta a  garantizar la protección de las trabajadoras y trabajadoras de la prensa, anunciado ayer por la ministra Vallejo, quien viajó hasta Nueva York para participar del panel políticas sobre libertad de expresión organizado por la UNESCO en el marco de la conmemoración del Día Mundial de la Libertad de Prensa.

Este proyecto plantea un marco normativo que apunta a proteger a los trabajadores vinculados a las comunicaciones, como periodistas, camarógrafos, fotógrafos, reporteros y aquellos que formen parte de los equipos en terreno. Por otro lado y según señaló la ministra, “busca garantizar que no haya impunidad y que los procesos de investigaciones y judiciales lleguen a puerto cuando sucedan distintos tipos de agresión que constituyen delitos para estos trabajadores y trabajadoras”.

Asimismo, aprovechó la instancia para agradecer el nombramiento de Chile como sede del Día Mundial de la Libertad de Prensa 2024, un desafío que permite reflexionar sobre la libertad de expresión, de prensa y el derecho a la información.

 

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