Poco ha sorprendido la participación de los países suramericano en la contienda futbolista que se está celebrando en Rusia; más allá de la cancha, han sido los propios hinchas quienes se han encargado de hacer sonar a su país, y no por causas netamente deportivas.
Estamos conscientes que el evento deportivo más importante de mundo se está efectuando en uno de los países más criticados con respecto al tema de los derechos humanos. Más allá de las políticas internas del país anfitrión, están las acciones de los aficionados que viajan desde todo el mundo y demuestran sus propias costumbres y actitudes.
La peor cara de mundial de fútbol ha provenido de Suramérica, cuyos fanáticos, aprovechándose de la barrera idiomática, se han encargado de humillar a mujeres con bromas machistas. ¿Y así queremos dejar de ser visto como países tercermundistas?
Este tipo de comportamiento ha sido habitual entre nacionales colombianos, panameños, argentinos, peruanos y brasileños, quienes, aprovechándose del alcance de las redes sociales y la barrera del idioma de sus víctimas, han contribuido a la humillación de mujeres de todo el mundo. Lo positivo, es que la gran mayoría de los usuarios de estas plataformas, han cuestionado la conducta de estas personas, señalándolos como machistas y vulgares.
Con los movimientos feministas que se están desarrollando actualmente en la región, este tipo de conductas son cada vez menos aceptadas, y más personas se suman al clamor de estos organismos que exigen respeto e igualdad.
¿La Copa Mundial no es un evento que representa la unión y el respeto entre las naciones? ¿Por qué enturbiar el amiente con actitudes abusivas? El acoso y la degradación de la mujer tiene un arraigo cultural en nuestros países, y su supresión consistirá en un trabajo social que tomará mucho tiempo.
La educación es el principal valor que se debe promover en un evento de estas características, porque quienes salen de sus países y se colocan la camiseta de su selección están representando un pedacito de lo que son como nación; lástima que quienes lo hacen no tienen ni un poco de respeto ni por su país, ni por su equipo ni por las mujeres.