“Y que respeten los derechos del niño, o tendremos nosotros que hacernos respetar / El derecho, a tener padre y madre / El derecho, a aprender a leer y escribir /El derecho a no morirnos de hambre / El derecho, a crecer y desarrollarnos / En un país tan lindo como este / Somos seres humanos, se da la casualidad, de que nosotros también somos seres humanos” » Pichanga»; Antipoemas de Nicanor Parra y Música de Congreso http://bit.ly/vWg6
Esta semana en Quiero Elegir, destacamos el caso del José Luis Paredes, ex carabinero y guardador, junto a su señora, de una niña abandonada en Sename. Lo abordamos desde la mirada de Quiero Elegir a Quien Amar y abrimos un debate frente a la Ley de Adopción, la figura legal de los “guardadores, cuidadores o padres sustitutos” y los derechos del niño en Chile.
¿Puede un padre y una madre sustitutos, optar a quedarse con el niño o la niña que han cuidado por años? ¿Por qué no? A simple vista, y para la gran mayoría, ésta prohibición resulta incomprensible. Pero responde a un compromiso previo y un acuerdo de antemano, un proceso en el que los guardadores han asumido el inminente desapego y saben que ellos sólo colaboran en una etapa transitoria del desarrollo del niño.
La compasión, el amor y la solidaridad del gesto, es lo que a toda familia guardadora motiva para asumir el rol como tal. Pero entonces ¿No es un contrasentido tener que suprimir los lazos afectivos y evitar la construcción de un vínculo? Tal vez, en esencia, sea un acto más racional, pero sólo para valientes; porque implica un ejercicio de fortaleza emocional superior, que en definitiva te dice ¡Cuidado! Prohibido encariñarse. ¿Será esto sano, para los adultos y los niños?
El caso de José Luis, quien decidió huir con la niña que cuidaba junto a su señora, para evitar separarse de ella; pone en evidencia la complejidad de un tema que expone derechos y deberes de las familias, pero que al mismo tiempo expone la fragilidad humana frente las emociones y los efectos. ¿Es este un problema de regulación legal o del carácter afectivo inherente al ser humano? La experiencia demuestra que somos animales de costumbres y que nuestro instinto manda.
¿Qué opinan ustedes?
Una niña se pierde. Una niña es abandonada y la rescatan de la muerte. Te dejan cuidarla, vivir con ella, integrarla a tu núcleo familiar. Te dejan quererla, pero se cumple el plazo y no te dan las gracias, te la quitan y te castigan si no cumples. ¿Quién hace justicia? ¿Dónde está la humanidad, la empatía, el amor?
Más allá del egoísmo de “tener un hijo para mí” o quedarme con un bebé “porque me necesita y yo soy imprescindible para él” ¿Alguien se detuvo a pensar en lo que sentía la niña? ¿Alguien le preguntó si quería de nuevo ser arrebatada del seno materno y volver a quebrar su ya trizada historia de afectos negados y lazos abandonados?
Si Elegir a Quien Amar es un derecho que ni siquiera pueden ejercer todos los adultos en Chile; ¿Qué derecho pueden ejercer los niños y niñas huérfanos de nuestro país?