Desde Inglaterra, “The Independent” publicó que la policía hizo un análisis del tabaco incautado en el mercado negro y este arrojó que se encontraron “restos de moscas muertas, excrementos de ratas y de humanos, polvo, abesto y moho”.
Desde el poder legislativo continúan aprobándose indicaciones que endurecen la Ley Antitabaco. Dentro estas, destacaron la prohibición de fumar libremente en playas, plazas y parques, y la implementación de una cajetilla genérica. Ante todo esto resulta prudente preguntarse ¿Este tipo de políticas son realmente efectivas? ¿Cuál es la experiencia internacional?
El caso foráneo más representativo es Australia; su gobierno midió el impacto del empaquetado genérico en la población y concluyó que los indicadores de tabaquismo entre jóvenes crecieron un 36% luego de dos años de implementación de esta normativa.
Mientras que en el plano local, el mismísimo informe encargado a la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile, por uno de los senadores que promovió esta iniciativa, Guido Girardi, no logra establecer la efectividad de estas políticas. El escrito concluye que “aún no hay evidencia sólida sobre sus efectos en los fumadores y no fumadores, pese a los estudios previos y los indicadores que el gobierno australiano ha mostrado”.
Pero la experiencia australiana ha dejado en evidencia otra secuela que se ha repetido en múltiples países del mundo, la del mercado negro. Según la medición gubernamental, el comercio ilícito creció casi un 25%, pasando de 11,5% en 2012 a 14,3% en 2014.
Misma situación que constata el diario EL ECONOMISTA de México: “En tan sólo dos años, el contrabando de cajetillas de cigarros se incrementó un 15% derivado de la alta carga impositiva que el gobierno panista aplicó para reducir el consumo del tabaco, lo que llevó a ingresar 400 millones de paquetes piratas”.
Experiencias que fuera de producir un efecto económico negativo tienen dos consecuencias aún más preocupantes. El observatorio Expansión de México señaló que “al ser más económicas y accesibles, las cajetillas que se compran en los circuitos ilegales pueden ser adquiridas por más consumidores, especialmente por un colectivo de la población, los jóvenes, entre los que resulta más fácil que se genere adicción”. Mientras que en segundo lugar, se expone a los consumidores a productos de muy baja calidad, un hecho que ha sido manifestado en diferentes países.
Por ejemplo desde Inglaterra, “The Independent” publicó que la policía hizo un análisis del tabaco incautado en el mercado negro y este arrojó que se encontraron “restos de moscas muertas, excrementos de ratas y de humanos, polvo, abesto y moho. Incluso muchos de los cigarros contenían ingredientes tóxicos muchos más altos que el alquitrán, nicotina, monóxido de carbono, plomo, cadmio y arsénico de los cigarrillos”.
Presagios que ya son advertidos en Chile por los trabajadores de la industria. El vocero del sindicato N° 3 de British American Tobbaco, Marcelo Valenzuela señaló en un reportaje a TVN que “esta Ley que habla de una cajetilla genérica no hace otra cosa que fomentar el contrabando del cigarro, al ocurrir esto, el estado deja de percibir muchas lucas por un tema de impuestos, nosotros nos quedamos sin trabajo, la gente sigue fumando y el estado sigue invirtiendo en la salud de estos chilenos que se enferman”.
El debate está abierto. Al menos desde Quiero Elegir, nos llama la atención -considerando que el objetivo de estas políticas es reducir el tabaquismo en menores de edad- que se castigue a los consumidores adultos. Creemos que esta legislación restringe las libertades civiles de las personas y consideramos que los parlamentarios debiesen enfocar sus esfuerzos en políticas de prevención en edad temprana, y de respeto y empatía en la edad adulta.