En pocos meses más, Uruguay se convertirá en la primera nación en regular la producción y el cultivo de la marihuana – al menos en la práctica, ya que legalmente es un cambio aprobado – este acontecimiento deviene de la necesidad que tenía el Estado uruguayo de terminar con el narcotráfico. En las palabras de José “pepe” Mujica, el Presidente de la nación vecina “Einstein decía que no hay mayor absurdo que pretender cambiar los resultados repitiendo siempre la misma fórmula. Por eso nosotros queremos probar otros métodos.”
América Latina es una región del mundo en donde el narcotráfico ha destruido y derruido a la sociedad, lugar en donde los carteles de droga tienen más poder que los Presidentes, se encuentran expandidos no sólo en ciudades o países, sino que sus redes de poder y “filiales” abarcan el continente entero, estando Uruguay infectado por dos de los carteles más grandes e importantes de Latinoamérica. Las medidas que se han tomado de manera sistemática son la el control policial y judicial del tráfico, y la prohibición del consumo de drogas, tanto “duras” (Cocaína, heroína) y “blandas” – como la marihuana – porque a pesar de estar despenalizado el consumo, cualquier forma de adquisición de la sustancia está penalizada. Este es el caso de Chile, en donde rige la famosa “Ley 20,000”, norma que tiene dentro de sus características, en particular con respecto a la marihuana, el penalizar cualquier forma de adquisición, como también hacerlo en el caso de que el consumidor realice el acto de consumir con una o más personas.
Las políticas de los estados, y en particular del Estado de Chile, han sido un desastre en términos de bajar el consumo de drogas. Según diversos estudios del SENDA el consumo de marihuana ha aumentado tanto en términos porcentuales como absolutos, y la percepción de riesgo con respecto al consumo ha sufrido, al mismo tiempo, una baja. La mentira constante en la que caen las autoridades “la marihuana es la puerta de entrada a otras drogas más duras” cae por su propio peso, incluso en otro de los estudios del organismo estatal, esta tesis es refutada. En definitiva, cada vez hay menos argumentos para que el acceso a la marihuana siga estando penalizado, ya que las políticas para la prevención del consumo no han tenido ningún efecto, ya que el narcotráfico sigue atacando a ciudades y países enteros, y en términos de salud, la marihuana ni siquiera es mortal.
Hoy los uruguayos son más libres que ayer, y no sólo porque podrán consumir marihuana sin ningún tipo de restricción punitiva y de acceso, sino que también lo serán, porque sus consciencias podrán decidir, y el Estado, no lo hará más por ellos. Esperemos que nuestro Estado deje de hacerlo por nosotros.