Técnicamente no ha llegado el invierno, pero ¿se imagina Santiago con -5 grados de temperatura? Cuesta creerlo, pero así fue ayer, de madrugada en Lampa, y los santiaguinos no lo soportamos, aunque pasa de vez en cuando. Ahora imagínese alguien que fuma, y debe salir a la intemperie cada vez que enciende un cigarrillo. Fatal, y no por el tabaco, sino por la gripe y por la pulmonía.
Según el experto en meteorología; Jorge Carrasco, los cambios climáticos violentos podrían durar diez o veinte años en Chile, todo a causa de “La Madre”, naturaleza, sí, pero en este caso se refiere al nombre de un fenómeno climático intenso que permanece por décadas.
¿Con qué dificultad se adaptan las personas a las restricciones impuestas por la nueva ley de tabaco, considerando las actuales condiciones climáticas? ¿Es factible, en la práctica, ejecutar las prohibiciones de esta ley, sin dejar un millar de congelados e indignados en el camino? Y nótese la semántica de la palabra “in-dignados”, cuyo origen proviene de lo no digno y que se aplica como enfado o molestia de aquellos que no son tratados dignamente.
Aysén y Magallanes: Un caso digno de analizar
Vientos de 120 kmts por hora. Clima de estepa fría con 6° Celsius, promedio. Nevadas regulares en invierno y durante todo el año. El Estrecho de Magallanes a tres cuadras de Plaza Muñoz Gamero, aportando un poco más de frescura y humedad a la sensación térmica. La mayor parte del año el termómetro marca 2 grados celsius, pero se sienten como -9. ¿Será posible caminar con agrado a Sotitos o al Restaurant La Luna, sin sufrir, a lo menos, un temblor en el cuerpo? Lo peor es que, si ya estás adentro y quieres fumarte un cigarro; vas de vuelta a los -9 grados.
La idiosincrasia magallánica, específicamente la del puntarenense, equivale a la de un ciudadano cosmopolita que gusta de disfrutar su tiempo libre compartiendo un trago o un café con amigos después del trabajo. Salir a cenar con su familia a alguno de los típicos restaurantes y cafés, conocidos como atractivo turístico. Lugares como el Kiosco Roca, el Café Tapiz o El Inmigrante; son parada obligada para todo el que visita la ciudad. Pero incluso con este clima feroz, solamente la calle es el lugar para encender un cigarrillo.
Caminando una noche por Lautaro Navarro y Sarmiento, un grupo de hombres y mujeres se las arregla para fumar sin temblar, en el hall de un bar. Son personas de trabajo que habitan la ciudad; albañiles, curtidoras, pescadores y esquiladoras, con las mismas costumbres de los profesionales; el tiempo libre se disfruta en los bares, en los cafés y restaurantes. En una breve plática con ellos, el más viejo señala; “los políticos hacen las leyes para ellos mismos, o para Santiago, no piensan en nosotros que vivimos en Punta Arenas (…) nos sentimos excluidos nosotros acá, y estamos decepcionados de sus leyes, mire cómo estamos aquí afuera; deberían haber lugares cerrados (…) si también tenemos derecho a fumar”.
Aysén y Magallanes; la Ley de Tabaco está en deuda con ustedes.