Estado de excepción constitucional: ¿medida sanitaria o política?

En medio de un Chile convulsionado que salía a las calles a exigir justicia social y una nueva constitución, el gobierno de Sebastián Piñera declaraba estado de excepción constitucional, instaurando nuevamente el “toque de queda”.

El Senado define los estados de excepción constitucional como mecanismos a través de los cuales se altera la situación de normalidad y regularidad de los derechos y libertades de las personas garantizadas por la Constitución Política, debido a razones extraordinarias y graves, con la finalidad de proteger otro bien mayor.

Este régimen decretado el 19 de octubre del 2019, cuyo factor más relevante fue el toque de queda, incluía algunas comunas de la región Metropolitana, sin embargo, al pasar los días fue ampliado a varias regiones del país y, aunque los horarios eran diferidos dependiendo de la gravedad de los hechos en cada región, gran parte de los chilenos no podían transitar libremente entre las 18:00 horas y las 6 de la mañana.  

La disposición trajo a la memoria recuerdos de una época que muchos chilenos quisieran borrar, mientras que las nuevas generaciones sentían por primera vez coartada su libertad. 

Meses más tarde, llegó la pandemia que se terminaría de llevar lo que hasta entonces conocíamos como normalidad, con ella nuevamente se instauraba estado de excepción constitucional de catástrofe en todo el territorio nacional con una duración de 90 días, el cual se prolonga hasta hoy y se mantendrá, al menos, hasta el próximo 30 de septiembre, luego de que el Congreso aprobara nuevamente su extensión.

Sin embargo, muchos se preguntan si es necesario continuar con las medidas establecidas, aludiendo a que no hay argumentos técnicos o científicos que lo avalen y que la salud mental de los chilenos está cada vez peor.

¿Es distinto lo que se puede producir en la noche, manteniendo las restricciones de aforo, a lo que sucede de día con, por ejemplo, los centros comerciales abiertos?

El último año y medio ha sido difícil a nivel mundial, Chile ya venía con una crisis a cuestas y la pandemia sumó aún más peso a la carga y, aunque el estado de excepción ha traído beneficios a los chilenos como el postnatal de emergencia y la suspensión del corte de los servicios básicos para quienes no puedan pagar, es importante considerar las variables que puedan estar afectando a los distintos rubros del comercio o la salud mental de las chilenas y chilenos.

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