La historiadora, activista por los derechos de la diversidad sexual, y ex pareja de la jueza Karen Atala, destacó el episodio que vivió junta a ella como en el que sufrió mayor discriminación. Además, planteó que se ha avanzado en los espacios obtenidos por los homosexuales pero aún faltan otras materias por regular.
La actual Coordinadora del Archivo Nacional Histórico y parte del directorio de Fundación Iguales, conversó con Quiero Elegir, acerca de las barreras que le tocó vivir por ser lesbiana y de los cambios que ha experimentado en cuanto a la aceptación de la sociedad en materia de género.
“En mi época era muy distinto, no se discutían estos temas, no salían en la prensa. Hoy los movimientos de diversidad sexual están cada vez más organizados y tenemos claridad de nuestras demandas”, argumentó de Ramón.
Sin embargo, destacó que todavía existe rechazo al matrimonio igualitario y la adopción homoparental. “Queremos ser considerados como familia, igual como cualquier otra pareja. Debemos entender que el mundo es más amplio que esa sociedad minúscula que muchos ven a su alrededor”.
“Si el Estado ampara ciertas conductas, está aceptando la discriminación, lo que es anti institucional y profundamente lesivo a nuestra dignidad como personas”, dice la historiadora, quien aseguró, seguirá luchando para que otros no se sientan mal con su sexualidad como alguna vez le ocurrió a ella.
Siempre se ha mostrado como una férrea activista por los derechos de la igualdad ¿ha sido discriminada en ese rol?
Como activista no he recibido discriminación porque no es políticamente correcto rechazarnos. Pero en mi vida sí, he sido discriminada por ser lesbiana, y mucho.
En qué aspectos la han rechazado, en lo laboral, familiar…
Primero fue autodiscriminación. El temor a que los demás no me consideraran, temores muy básicos, que los padres no te quieran porque uno es un poco menos que los demás hermanos. Pero también, hay una discriminación evidente en la sociedad para cualquier persona distinta, desde la escalera que no puede subir una persona que tiene discapacidad móvil, hasta que te griten lesbiana asquerosa en la calle.
Vivió ese insulto ¿En qué circunstancias?
Me dijeron un montón de garabatos varias veces. Cuando se supo lo de Karen, mi ex pareja, hubo gente en la calle que hasta me escupió y me llamó perra inmunda. Solo por el hecho de vivir un amor, me dijeron que daba asco, eso causa mucho dolor.
En mi trabajo, gente culta, me insultó. No he podido nunca olvidar sus rostros, aunque trato de no ser rencorosa y entiendo que pudo haber muchos miedos detrás. Pero no puedo olvidar.
Con el paso del tiempo ¿cómo ve los avances en materia de diversidad sexual?
Hay hartos avances. En mi época era impensable que alguien fuera lesbiana o gay, no era un tema de sobre mesa. Hoy es un tema que se discute, puede que haya polémica frente algunas materias, pero existe debate. Eso significa que una persona que se siente como yo cuando joven, rápidamente se da cuenta de lo que le pasa, tienen más posibilidades de realizarse.
En otros medios ha hablado del matrimonio universal, ¿ a qué se refiere con eso?
A que el matrimonio sea una relación igualitaria. En vez de decir que este vínculo es una institución entre heterosexuales, diga que es entre dos personas. Que exista la libertad de elegir al sujeto amado con el que piensas proyectarte, de esta manera nos incorporamos con igualdad en la sociedad.
… Y con respecto a la discriminación que ha aludido ¿qué le parece la Ley Zamudio?
Es un avance hacia la protección de nuestros derechos. Se ha invocado la ley últimamente por el divorcio culposo, eso nos parece una maravilla, porque es una forma abierta de discriminación. No se puede apuntar a una mujer por ser infiel con otra mujer, la infidelidad es la misma.
¿Qué opinas del caso de Daniel?, de su imagen como bandera de lucha para sacar adelante la ley antidiscriminación.
Es un caso terrible. Lo lamentable es que Daniel no ha sido el único que han matado a patadas por ser homosexual, hay miles de casos que transforman a esta ley como una necesidad. Recordemos que se cumplen 30 años del asesinato, igual de flagrante, de Mónica Briones.
Se refiere al primer crimen lesbofóbico conocido en nuestro país, ocurrido el 8 de julio de 1984, fuera del bar Jaque Mate, en las cercanías de Plaza Italia. En ese lugar, Briones terminó asesinada porque coqueteó con una mujer que estaba con su pareja. Por celos, un grupo de amigos de este hombre le propinaron patadas, dejándola tirada en la calle donde murió desangrada.
Entre los miles de casos existentes ¿por qué destacas este?
Porque ese hecho destapó tan bien ese grito de la diversidad sexual, fue un grito de ¡basta! Así como yo también una vez grité ¡basta! porque te cansas de que te den por algo que tu sabes que no está mal.
Ese grito ¿también lo haces por la homoparentalidad?
¡Claro! El amor familiar es exactamente igual entre heterosexuales y homosexuales. Lo que los niños necesitan es un ambiente de cariño, donde sepan que sus demandas son atendidas.
El problema está en la sociedad que es tremendamente discriminadora. Cuando un niño va al colegio, evidentemente no es lo mismo que llegue una familia formada por dos mujeres u hombres al consejo de apoderados, donde la mayoría es heterosexual. Ahí se debe hacer algo para dejar de impresionarse con ese tipo de cosas, porque el niño ya nació.
¿Qué le ocurrió cuando el Estado de Chile no reconocido su tipo de familia y le quitó la tuición de las hijas a su pareja?
Bueno por algo el Estado fue condenado por la discriminación que le hizo a Karen. Si ese juicio se hiciera hoy, mi ex pareja, seguiría criando a sus hijas, quienes no deberían haber sido tan profundamente dañadas (…) guardando las proporciones, lo que a nosotros nos quitaron con Karen, nada lo va a reparar. El dolor nadie te lo va a quitar, esa fue la peor discriminación que me han hecho.
De acuerdo a esta experiencia y a la discusión de leyes que buscan avanzar en temas de género. ¿Qué se espera para los niños nacidos en vínculos homoparentales?
La moción parlamentaria que establece que se dé prioridad a la comadre o copadre sobreviviente, es una excelente noticia, quiere decir que se está protegiendo su familia. Ese es el bien superior del niño, no los prejuicios que andan vagando en la cabeza de la gente conservadora.
En ese sentido también es importante regular la adopción homoparental. Encuentro tan hermoso que dos personas quieran y hagan lo que puedan para tener un hijo. Es tan legítimo además, porque siempre queremos trascender, no veo cual es el problema.
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