El día lunes 9 de abril, el presidente de la República, Sebastián Piñera, presentó una nueva regulación migratoria la cual posee una serie de indicaciones que tienen como objetivo poner orden a la entrada masiva de inmigrantes al país.
Una de las características de esta reforma es la modernización del sistema de extranjería, así como la solicitud de una serie de requisitos a la hora de otorgar una visa a un ciudadano extranjero que desee venir a Chile. Cabe destacar que el proyecto de ley firmado por Piñera incluye propuestas del gobierno anterior.
El proyecto tiene varios objetivos, entre los cuales es meritorio destacar las indicaciones que tiene como propósito acoger y dar un trato justo a los migrantes regulares, combatir el tráfico de personas, y la creación de un sistema flexible de categorías migratorias sucesivas fuera de la condición de Turista o Permanencia Transitoria.
Cabe mencionar que, ahora, la Residencia Temporal se deberá solicitar fuera de Chile, evitando que este proceso se realice dentro del territorio en calidad migratoria de turistas. Las personas que pasen por inmigración, deberán indicar la actividad que realizarán en el país de acuerdo a la visa previamente solicitada.
Las comunidades haitianas y venezolanas – que han experimentado un enorme crecimiento durante los últimos años nuestro país – son uno de los principales focos de este proyecto, que implementará una serie de medidas humanitarias para los ciudadanos haitianos, así como la creación de una Visa de Responsabilidad Democrática que otorgará un permiso de residencia temporal a los ciudadanos venezolanos, y que la misma deberá ser requerida desde Caracas.
A sólo un mes de la toma del poder de Piñera, llama la atención la importancia y la forma apremiada en cómo se está abordando el tema de la migración en Chile. Un fenómeno que lleva varios años produciendo grandes cambios demográficos en el país y que, por momentos, parecía salirse de control.
El movimiento masivo de personas seguirá produciéndose dentro y fuera de nuestras fronteras, y por ello, es necesario estar preparados ante este fenómeno de la sociedad que, aunque algunos intenten parar, siempre estará en marcha.
Regular, normalizar y filtrar quien entra (y quien sale) deberá ser una tarea enfocada en beneficiar y proteger el territorio que recibe este oleaje de personas, para que tanto locales como foráneos puedan desarrollar una vida digna con derechos y deberes iguales para todos.