Luego de la crisis ética que vivió el Partido Demócrata Cristiano, donde la actual presidenta del conglomerado y candidata a la república, definió el perfil de sus militantes y dividió la dinámica actual, marcando un precedente que no es menor para la desgastada, desconfiada y maltratada política nacional.
Alinear el partido, definir los valores y marginar a quienes no cumplan con esta condiciones, como lo hicieron con Ricardo Rincón, entrega una señal potente para Chile. Esta polémica fue un llamado a todos las funcionarios públicos a ser ciudadanos respetables, que representen una solución y no un problema para la gente. ¿Un hombre con antecedente de violencia intrafamiliar a quién representa?
Nos gustaría que cada político tenga la conciencia de su calidad humana como base para crear una política sana y respetable. No es el caso de Sebastián Piñera, candidato que se posiciona como el ganador de las próximas elecciones, pero que al mismo tiempo cuenta con un robusto prontuario ante la ley: Caso Banco de Talca, Caso Cascadas, Caso Chispas, Caso LAN cargo, Caso Penta, Triangulaciones CHV, aportes ilegales a grupo Said, Forwards con Bancorp, Milicogate, sociedades truchas en Panamá, Caso Coimas LAN, Caso Exalmar, Minera Dominga, hacer negocios utilizando información privilegiada mientras era Presidente, esconder su fortuna en paraísos fiscales, sobornos a pesqueras, vincular a sus hijos con boletas falsas por montos millonarios, figurar como un «corrupto» en el Informe Global de Transparencia 2009. Entonces, nos volvemos a preguntar ¿Sebastián Piñera a quién representa?
En Quiero Elegir nos preguntamos si Carolina Goic es un precedente para la política, porque si cada partido practicara esto como lo hace Goic, ¿qué Chile tendríamos en 20 años más?