El Acuerdo de Vida en Pareja, proyecto que originalmente busca regular la situación legal sucesoria de parejas que conviven, tuvo este jueves 3 de octubre otro traspié en su tramitación. El proyecto ingresado al Senado por el Ejecutivo comenzó a ser discutido en septiembre en dicha instancia legislativa tras fuertes críticas al gobierno ya que hasta agosto de este año no había pronunciamiento al respecto de parte de la autoridad, aún más considerando que la materia estaba explícitamente contenida en el programa de gobierno con el cual fue electo. La iniciativa contempla la formación de una comunidad de bienes para los contrayentes y efectos patrimoniales, los que incluyen previsión, salud, sucesión y herencias.
Actualmente el proyecto se discute en particular en la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia del Senado, donde distintas organizaciones promotoras del respeto a la diversidad sexual llegaron a plantear sus propuestas para hacer de ésta una ley más completa y robusta al momento de entrar en vigencia. En dicha instancia se presentó, entre otras, la indicación que establece un nuevo estado civil para quienes contraigan el AVP. A palabras del Senador Espina –miembro de la mencionada Comisión– “Aquí van a ver tres alternativas. O se tiene el estado civil de soltero, se tiene el estado de convivencia legal, o se tiene el estado civil de matrimonio legal (…)”. A propósito de esta indicación es que, al no haber acuerdo entre algunos miembros de la Comisión y otros ausentarse, la votación se postergó 1 semana más.
La discrepancia se centra estrictamente en no darle calidad jurídica de matrimonio a una situación que, a ojos de los más conservadores, está reservada sólo para heterosexuales. Ahora, más allá estas aprehensiones cabe pensar: ¿pasará algo realmente de aprobarse el AVP? De ser así, ¿qué se supone que pasará? He ahí los principales desafíos de este Acuerdo. Desde una primera mirada podríamos mencionar la educación, el cambio cultural, políticas efectivas antidiscriminación, etc. Lo relevante es que en un futuro próximo no sólo mencionemos, sino además profundicemos la reflexión respecto a cada uno de ellos.
Finalmente, lo más importante es destacar que a pesar de la falta de una legislación de estas características, es evidente la evolución que experimenta la sociedad en relación al respeto de los derechos de minorías sexuales. Esto significa ni más ni menos el respeto a los derechos civiles y a las libertades individuales de personas que simplemente aman distinto a la mayoría.