El miércoles 2 de junio la cámara de Diputadas y Diputados de Chile, aprobó el proyecto de ley para incluir en el menú escolar opciones veganas y vegetarianas en el Programa de Alimentación Escolar a cargo de la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (Junaeb). Dicho proyecto fue presentado por el diputado del PS Juan Santana, quien señaló en su cuenta de twitter al respecto “Vamos por una mejor alimentación para las y los estudiantes de Chile”. 

Si bien el ser humano es omnívoro, muchas personas han iniciado un cambio de dieta basada en plantas ya sea por temas de salud personal, animalismo o compromiso ambiental. Entre las posturas más populares se encuentran los flexivegetarianos quienes consumen carne, pero lo hacen con menor regularidad y dando prioridad a los vegetales. Los vegetarianos, que no comen carne pero sí otros derivados animales como leche, miel y huevos, y los veganos, que son aquellas personas que no consumen carne ni ningún producto de origen animal..

En la Encuesta Nacional de Medio Ambiente de 2018, se observa que 6% de la población chilena no consume carne, es decir, se identifica con el veganismo o el vegetarianismo. En otras cifras, la fundación Vegetarianos Hoy, realizó una encuesta a veganos y vegetarianos en el año 2012, indicando que el 9% eran menores de 18 años, mientras que el 78% tenía entre 19 y 30, de decir, es un movimiento que, al menos en Chile, se da entre personas jóvenes. Así también lo demuestran los múltiples movimientos digitales que apoyan estas causas, como perfiles de recetas, grupos en facebook y redes de profesionales de la alimentación, como nutricionistas en YouTube o tiendas especializadas en productos de origen vegetal.  

Un movimiento digital importante es Veganuary, un desafío que llama a las personas no veganas a sumarse a un mes sin carne, buscando concientizar sobre el sufrimiento de los animales en las granjas pertenecientes a la industria cárnica, de la leche y de otros derivados animales. En su versión 2021, convocó a más de 500.000 personas alrededor del mundo. 

¿Está el cuerpo humano preparado para consumir solo productos de origen vegetal?  

El cambio a una dieta completamente vegetariana o vegana, debe tener un proceso orgánico de transición para vivir de mejor manera los cambios de hábitos, esto siempre acompañado de la supervisión de un profesional de la salud. Algunos riesgos de cambiar drásticamente la dieta es sufrir deficiencias tanto de nutrientes como de vitaminas. Una vez que se deja de consumir carne, se debe reemplazar la proteína con alimentos como nueces, legumbres y cereales, por otro lado, tanto el calcio, el hierro y el zinc pueden ser obtenidos a través de una alimentación rica en granos y semillas, mientras que la vitamina D se obtiene y reserva de forma natural al contacto con la luz solar y el yodo, presente en productos marinos, se puede obtener de algas y de la sal yodada. El único suplemento imprescindible en la dieta vegana es la vitamina B12, que tiene su origen casi exclusivamente en los productos de origen animal. La deficiencia de esta vitamina puede provocar anemia y falta de energía, lo que se puede agravar con el tiempo teniendo repercusiones en el sistema nervioso. 

Lo anterior demuestra lo importante que es sumar educación nutricional pertinente no sólo a niñas, niños y adolescentes que decidan seguir una alimentación basada en vegetales, sino también a sus familias y círculo cercano, para no perjudicar su salud y crecimiento, creando las instancias necesarias de formación y apoyo. 

¿Están los establecimientos educacionales listos para iniciar un proceso de educación nutricional integral para alumnos y alumnas?