El domingo 17 de noviembre la ciudadanía de nuestro país manifestó en las urnas sus preferencias políticas. Las razones por las cuales emitieron su voto los 6.691.840 chilenos que lo hicieron, son variadas. Sin perjuicio de ello, a partir de esas preferencias se configuró un nuevo congreso, el cual tendrá la misión de legislar para nuestro país los próximo 4 años.
Sin duda las elecciones presidenciales y de consejeros regionales tienen una relevancia central para nuestro país. Pero adicionalmente, las elecciones parlamentarias tienen el componente fundamental de plasmar posturas respecto de materias generales de profundo impacto en la sociedad en su conjunto.
Así, en relación a la legislación sobre las libertades civiles, y cómo votarían cada uno de los 120 diputados y 38 senadores al respecto, no es pertinente analizarlas todas “en el mismo saco”. Básicamente porque no tienen los mismo alcances, sus debates respectivos no están en los mismos niveles –médicos, éticos, derechos humanos, etc-, y por ende la aproximación a cada uno de los temas la harán según distintos criterios y prioridades.
Sin perjuicio de ello, bien vale proyectar, de acuerdo a las bancadas y sus posturas ideológicas, cómo se votarían eventuales reformas relacionadas a los derechos civiles, o más comúnmente llamados “temas valóricos”. La actual Cámara de Diputados quedó conformado por una bancada comunista de 6 diputados, radicales con 6 diputados, partido socialista con 16 diputados, 15 PPDs, 1 de la Izquierda Ciudadana, y 1 del Partido Liberal. Un total de 45 diputados quienes, por las posturas ideológicas de sus respectivos partidos, se puede suponer una postura proclive a aprobar reformas a favor de las libertades civiles. Por otro lado, la UDI y Renovación Nacional eligieron en total 47 diputados. En base a las posturas doctrinarias de estos partidos, se puede suponer posturas más adversas y reticentes por parte de sus diputados ante reformas valóricas. A excepción del liberal Vlado Mirosevic, todos ellos fueron electos en cupo de la Nueva Mayoría, sin embargo el Partido Demócrata Cristiano, la bancada más grande de la coalición con 23 diputados, en estas materias se pronuncia en forma dividida. No obstante, existen independientes como Giorgio Jackson y Gabriel Boric, que en base a sus discursos más “progresistas”, podríamos suponer también posturas a favor de la agenda valórica. Adicionalmente a ellos, se pueden contemplar en el grupo favorable a estos temas a parlamentarios electos de Renovación Nacional como Karla Rubilar, Marcela Sabat, Pedro Browne y Joaquín Godoy, al independiente pro Alianza, Felipe Kast –a excepción de su intransable rechazo al aborto-, o a parlamentarios de la Democracia Cristiana como Claudio Arriagada, Victor Torres, Ricardo Rincón y Fuad Chahín.
En el Senado el escenario es quizás peor. 22 senadores de partidos de raigambre valórica conservadora, y 13 –más un independiente pro Partido Radical- de partidos valóricamente liberales. Aunque en la cámara alta también encontramos a 2 ó 3 senadores de RN, y a la Senadora Rincón que eventualmente podrían ser proclives a las libertades civiles, esto también dependerá del tema en específico –aborto, marihuana, eutanasia, matrimonio igualitario, etc-, y cómo se aborde la discusión.
Basados en estos números, la proyección no es demasiado auspiciosa respecto al avance en la legislación sobre materias valóricas. Sin embargo guardamos la profunda esperanza que a medida que continuamos profundizando la reflexión y discusión sobre estos temas, el debate y posturas parlamentarias terminen representando efectivamente lo que todas las encuestas reflejan: una sociedad cada vez más respetuosa de los derechos civiles, más liberal, y menos discriminatoria.