Cuando conmemoramos el Día de la Madre, festejamos la figura materna que representa el amor y el cobijo incondicional hacia los hijos. Sin embargo, no muchos conocen cómo nace y llega esta celebración a nuestros calendarios. Y es que si revisamos la historia, hay algunos hitos que debemos destacar. Por ejemplo, en la mitología griega se narraba que esta fecha era en honor a Rhea, la madre de los Dioses Júpiter, Poseidón y Hades.

No obstante, el 10 de mayo hace referencia a una particular parte de la historia que recuerda cómo Anna Jarvis, luego de asistir a un encuentro de madres por la paz organizado por la escritora Julia Ward Howe, inició un movimiento para establecer un día en que todos los niños pudiesen homenajear a sus madres.

A partir de ese momento, su lucha tendría como horizonte fijar un día del año en que se conmemorara la muerte de su mamá, que en la Guerra Civil de EE.UU trabajó por mejorar las condiciones sanitarias de ambos bandos. Así, después de nueve años, lograría que el Congreso reconociera el segundo domingo de mayo como fiesta nacional  el “Día de la Madre”.

Y aunque la figura materna para esos años estaba ligado más bien al rol de la crianza y al hogar, hoy es totalmente diferente, pues ha experimentado importantes cambios. Para Cristina Faustino, especialista en conciliación de maternidad, trabajo y empresa, ser madre significa un tremendo sacrificio, porque según expresó a Efe las mujeres han tenido que convertirse en trabajadoras, lo que implica mantener un equilibrio entre sus obligaciones laborales y familiares sin olvidar de disfrutar el ser mamá.

En el video “Ser madre es un plus”, la fundación vasca Hirukide revela cuán difícil es para éstas volver al mercado laboral tras dedicarse al cuidado de sus hijos. Y es que después de un embarazo comienzan un sinfín de tareas que no pueden ser delegadas, dando pie a que la maternidad quede relegada a segundo plano.

Si bien las políticas públicas han sido fortalecidas para que la natalidad no se vea afectada, las cifras muestran que el número de hijos por mujer no supera el 1,8. Entonces, de qué forma los índices de Calidad de Vida Urbana 2014 revelan cómo debemos avanzar. Mientras los porcentajes arrojan que un 54,6% de los chilenos vive en comunas con una calidad de vida superior al promedio nacional, dónde están las estadísticas que infieren que una baja en la natalidad puede ocasionar en el futuro una caída en la fuerza de trabajo.

Sin duda, es alarmante pensar que el aporte demográfico en Chile es un valor significativo para el desarrollo. Uno que debe estar protegido bajo el nuevo rol de las madres en la sociedad, quienes simplemente dejaron sus hogares para ingresar como profesionales al mundo laboral, superando incluso a los hombres en el mercado. Y pese a que una encuesta de la Universidad de Talca señala que las mujeres trabajadoras con niños menores de 15 años edad dedican tres horas promedio para estar con sus hijos, esto no quita que un 74% esté de acuerdo con que para progresar en sus empleos deba sacrificar a su familia.

Finalmente festejar tan sólo un día para ellas es insuficiente, porque todos los días cumplen múltiples funciones que sin leyes orientadas a flexibilizar las jornadas de trabajo sólo nos demuestra cuán desiguales somos mujeres y hombres. Y aunque nos cueste creerlo, la participación femenina no da tregua, ya que mientras lo discutimos, cientos de madres seguirán luchando para ganar su espacio. Por eso y más ¡feliz día mamá!