Es de conocimiento público que el segundo candidato presidencial de la UDI – después de Laurence Golborne- el señor Pablo Longueira, bajo su candidatura al máximo puesto de poder político de la República, a raíz de un cuadro depresivo severo al que se vio enfrentado. El Ingeniero Civil, de reconocida y prolongada carrera política estuvo a pasos de ser el candidato de la Alianza por Chile y así representar al mundo conservador en lo moral, pero liberal en lo económico.
Pero el destino dijo otra cosa, y esto debido a una enfermedad silenciosa, pero no por eso menos destructiva para la persona. Los trastornos depresivos afectan a alrededor de un 7,5% de la población general, y a casi un 30% de las personas consultantes del nivel primario de atención (Fuente: MINSAL). Esta tiene como origen distintos factores, desde la herencia genética, hasta el estrés propio del siglo XXI, otra de las causas puede ser el abuso de alcohol y/o drogas. En una sociedad que cada vez es más individualista, exitista y triunfalista, es fácil caer en un espiral del que muchas veces es imposible salir. Longueira pudo hacerlo, cuenta con todo el apoyo de su familia, y también con los recursos económicos para tener un tratamiento multidisciplinario y de primer nivel.
Y es debido a esto último el porqué de este artículo. En Chile la depresión está cubierta para los mayores de 15 años por el Plan Auge, pero esa cobertura es por decir lo menos deficiente. En una carta difundida a través de Facebook, y que rápidamente se convirtió en un viral, la joven Camila Sepúlveda, estudiante de Sociología en la Universidad de Chile, le pide al ex candidato que se atienda a través del plan ya mencionado.
Que tuviera que pasar por el Auge, que le dieran 3 sesiones con un psiquiatra (de 15 minutos cada una) y 6 con un psicólogo (3 una vez por semana y el resto mensual) y tuviera que pararse frente a su jefe (desearía también que tuviera uno) a explicarle que no es flojo sino que está enfermo. En esta se destaca:
Ella sufrió una depresión, y no sufrió sólo por la enfermedad, sino por un sistema que es tremendamente injusto con las personas que tienen enfermedades mentales, en donde, como ella misma dice, hay que justificar no sólo el problema, sino que no se es una persona floja, se es una persona enferma.
En ningún momento queremos desearle una enfermedad como la depresión a nadie, desde el más pobre al más rico, pero si creemos que es necesario poner en evidencia los problemas del sistema, en donde no se le da el tratamiento requerido a personas que lo necesitan, sólo por el hecho de no tener los recursos suficientes para tratarse de manera adecuada.
Revisa la carta y entrevista a Camila Sepúlveda AQUÍ
Revisa la definición de DEPRESIÓN del MINSAL