No permitamos la discriminación
En los últimos años, Chile ha sido el destino favorito de muchos extranjeros, que ven en nuestro país una nueva esperanza para iniciar una vida más amena y dejar de lado las dificultades que han tenido que sufrir en sus países y que los llevó a tomar la decisión de abandonar todo y cambiar sus horizontes.
Sin embargo, la explosiva crecida de la inmigración en Chile, con cifras que este año llegaron a superar el millón de personas extranjeras en Chile, su llegada a los medios y la situación del país, asociada al alto índice de desempleo, han generado que se produzca un rechazo en algunos sectores de la sociedad con respecto a su visión de los inmigrantes al país.
Esta visión crítica y que rechaza, sin más, e indiscriminadamente, a cualquier extranjero que se encuentre a modo legal o ilegal en el país. Siendo las primeras víctimas, claro, las personas de color que ahora vemos tan a menudo. Hecho que hace preguntarnos si ésta asociación discriminatoria es realmente por los índices del trabajo o por algo que va más allá en términos de una sociedad que busca proyectarse como país desarrollado.
De este modo, y gracias a la comunicación que se ha producido en los medios y la puesta en marcha de nuevas leyes de inmigración, como la recientemente promulgada Ley de Migración que ha obligado a corregir su situación legal en el país, los inmigrantes han sido estigmatizados como delincuentes, favorecidos políticos y acusados de robar el empleo de los ciudadanos chilenos. Produciendo un rencor difícil de disipar y que nos ha vuelto una sociedad deshumanizada. Que no es capaz de observar el gran espectro que viene detrás de un inmigrante y que nos impide ponernos en sus zapatos y preguntarnos, ¿Qué deja un inmigrante atrás al abandonar su país?
¿Es que acaso hemos olvidado la solidaridad descrita por nuestros antecesores cuando entonaban sobre “el amigo forastero”?
¿Cuál es tu posición respecto de la inmigración en Chile?