Aceptación con nuestro cuerpo, con nuestros amigos, novio, familiares. Aceptación con la homosexualidad, pero ¿por qué seguimos aceptando el acoso?
Pensemos que cuatro mujeres salen a la calle, vestidas de diferente forma y con distintas tallas. En el camino de sus casas al negocio, colegio, trabajo o dónde sea que se dirijan, tres de ellas serán víctimas de acoso callejero, sin importar la hora, su edad, o si van solas o acompañadas. Así lo indica la última encuesta realizada este año por el Observatorio Contra el Acoso Callejero (OCAC).
Si de números se trata, entre noviembre de 2014 y enero de 2015, el 85% de las mujeres y el 55% de los hombres han sido víctimas de acoso callejero. Asimismo, un 23% de ellas han sufrido persecución, tocaciones y se han visto expuesta a presenciar actos de exhibicionismo o masturbación, sin embargo, aún no hay una ley que sancione este tipo de violencia.
El OCAC puso la primera piedra para reprimir el acoso, logrando llegar -en octubre de este año- hasta el Congreso con el proyecto de “Ley de Respeto Callejero”, porque a fin de cuentas ¿a quién no le gustaría un poco más de respeto en la calle? Basta con pasar por fuera de un edificio en construcción para sentirse desnuda y avergonzada, aquí radica la importancia de avanzar legislativamente y alzar la voz para evitar el acoso percibido en la cuadra siguiente.
Ante los ojos del Parlamento, la OCAC expuso que un 70% de las víctimas son adolescentes, como consecuencia, un 15% son mujeres y un 10% hombres, quienes presentan síntomas de trastorno post-traumático. Pero cómo no traumarse, si la mayoría de estos actos incluyen insinuaciones de carácter físico.
Las estadísticas a nivel local y global demuestran la falta de una ley que desarraigue estas costumbres de la cultura callejera. Por lo mismo, es que OCAC Chile junto a las diputadas Camila Vallejo (JJ.CC); Karla Rubilar (Independiente); Daniella Cicardini (PS); Loreto Carvajal (PPD); Marcela Sabat (RN); Karol Cariola (PC); Yasna Provoste (DC); y los diputados Giorgio Jackson (Independiente-RD); Vlado Mirosevic (Liberal); y Gabriel Boric (Independiente-IA), proponen modificar el código penal para que estos hechos de violencia sexual callejera sean catalogadas como “delitos sancionables”.
Es así como “todo contacto corporal, de connotación sexual y no consentido, como “punteos” o “agarrones”, será considerado delito. El acoso callejero sin contacto físico como frases sexuales, toma de fotografías, masturbación o persecución, será una falta”, según especifica en el sitio web del Observatorio.
Sin duda las sanciones podrían apaciguar la frecuencia de acoso, permitiendo deambular tranquilos por la calle. Sin embargo, lo más importante, es que estaremos contribuyendo a un cambio cultural, algo que Chile necesita sin importar que sea a largo plazo.