Este lunes 19 de mayo, la Presidenta de la República Michelle Bachelet firmó el proyecto de Ley que pondría fin al lucro, copago y selección en el sistema de educación chilena. Y aunque el ministro Eyzaguirre lo llame “el primer paso de la reforma educacional más significativo en los últimos 50 años”, los detractores se suman cada vez más en oposición a esta medida por ser inconsistente al hablar de equidad.
Sin embargo, el diputado y vicepresidente miembro de la comisión de la Cámara, Rodrigo González, enfatiza que “este proyecto será la revolución, particularmente para la clase media, ya que será justamente el sector más beneficiado con esta gran reforma”. Lo que para el senador de RN, Andrés Allamand, es un tanto insuficiente, porque aclara que ninguno de los planteamientos del proyecto tiene relación con mejorar la calidad de la educación. Es decir, “acá se está hablando de cómo se financia, y de la estructura jurídica, pero no se está apuntando a cómo se organizan las clases”, agrega.
La presente reforma establece ciertos cambios que acercan la educación a las personas, considerando que ésta es un derecho de todos los ciudadanos. Y es que desde siempre hemos sabido que la educación es el único legado que nuestros padres pueden dejarnos, pensando en nuestro futuro. Para ello, la actual mandataria gestionó un modelo que no depende sólo de las familias sino del conjunto de chilenos que aporta proporcionalmente a sus ingresos a las Bancas del Estado.
Lo central para el diputado independiente, Gabriel Boric, es construir una nueva educación pública, pero sentencia: “el Gobierno tiene la oportunidad de parchar la herencia dictatorial o superarla”. No obstante, es incisivo en desconfiar de la reforma, pues asevera que al presentar “los parches con la fanfarria de lo que no son, confunden”.
Si bien muchos se adhieren a esta desconfianza, el ministro vocero de Gobierno, Álvaro Elizalde, es asertivo al garantizar que los recursos no serán ocupados para otra cosa que no sea calidad. Es más, éste asegura que ningún país con modelos de educación de calidad tiene copago y lucro en la educación.
Ante tal acto, el conductor de “Vigilantes” en La Red y empresario, Nicolás Copano, criticó la propuesta de la Presidenta al indicar que: “El Bacheletismo no tiene proyecto… Es como que son los mismos de siempre más el Ratoncito”. Y en ese sentido, sus comentarios castigan en gran parte el concepto de la educación en Chile, pues hablamos de gratuidad como un término económico y no de equidad. Para Copano, el camino de la educación debería ser uno en que incentivemos la curiosidad, el debate, la conversación y la lectura.
Finalmente, los fines del nuevo programa educativo son ideales para una sociedad que tiene superada la igualdad de condiciones en todos sus colegios y universidades. Situación a la que Chile aún no accede, pues hasta el minuto existe un sector de la población que no tiene las mismas oportunidades que su extremo. Entonces, una vez que desaparezca esta barrera, podremos terminar con la selección, el copago y el lucro, porque recién en ese minuto seremos conscientes de lo que ganamos con la calidad educativa para nuestros ciudadanos..