Nuestra constitución política y diversos tratados internacionales ratificados por el Estado Chileno han prohibido la violación a la libertad de expresión a través de medios directos y/o indirectos, sin embargo la concentración de los medios de comunicación en 2 grandes conglomerados económicos, atenta contra el cumplimiento de esta premisa constitucional. Si consideramos que la publicidad es la fuente fundamental de sustentabilidad económica para los mismos medios, obtenemos como resultado una presentación editada de la realidad exhibida por ellos, cuya línea editorial se ve condicionada en muchas ocasiones por un tratamiento especial de intereses.
Un buen ejemplo de ello, es el caso de Canal 13 y la censura al último capítulo de su programa Contacto que, según trascendió, no emitió esta investigación dado que atentaba directamente contra grandes cadenas de comida rápida, un dilema entre informar y denunciar un hecho y los coletazos económicos a los que se podría haber visto enfrentado dicha casa televisiva, sumemos a ello el castigo por parte de auspiciadores y avisadores que podrían afectar a las arcas del canal.
Pero ante esta situación, las redes sociales surgen como un instrumento disponible para la comunidad que, sin interés más que expresar su opinión, denuncia y multiplica una voz, y replica minuto a minuto, como una onda expansiva y global, una realidad que muchas veces lucha por salir a la luz pública.
Los ciudadanos empoderados de sus derechos generan iniciativas de expresión que en algunas ocasiones logran revertir decisiones de los medios de comunicación, es así como por ejemplo, Canal 13 se vio presionado a emitir el reportaje censurado en la próxima edición de Contacto, o como es en el caso de TVN, que tras la emisión del Documental “Nostalgia de la Luz” del cineasta chileno Patricio Guzmán, con cortes y la edición arbitraria de dicho material audiovisual, se generó un debate que incluyó cartas abiertas del cineasta denunciando sabotaje y montaje deliberado y del Director Ejecutivo de esta estación televisiva, argumentando error técnico y presentando disculpas públicas por la falla en la transición y asegurando una nueva exhibición del documental en forma íntegra.
Esto mismo sucedió con “Avenida Brasil”, teleserie brasileña, que en su horario inicial de medio día, sus escenas más fuertes fueron censuradas. Debido a esto, comenzó una campaña liderada por algunos personajes del mundo del espectáculo, y Canal 13 se vio obligado a buscar una alternativa para emitir sin censura todas las escenas editadas.
Quizás es una batalla contra gigantes, pero los ciudadanos empoderados que expresan su malestar, en la medida que se organicen entorno a una denuncia o reclamo, la posibilidad de ganar la batalla por el derecho a un acceso íntegro de la información se hace más real.