Hace unos días el Ministerio de Salud presento un decreto, que luego de su revisión por parte de la contraloría y su posterior publicación oficial, otorgaría sólo un mes de plazo a la industria tabacalera para retirar del mercado los cigarrillos mentolados.
La Cartera de Salud Nacional, afirma que el mentol utilizado en los productos de tabaco contribuye a elevar la capacidad adictiva a la nicotina, al aumentar su disponibilidad y al hacer más placentera la experiencia de fumar, estas conclusiones más allá de tener un sustento científico se apoya en un estudio de la FDA, que si bien es cierto reconoce algunos efectos aislados sobre los consumidores de cigarrillos mentolados, no logra evidencia concluyente, y por dicho motivo inició un proceso de consulta abierto con el objetivo de recabar información adicional para ayudar a la agencia a tomar una decisión informada respecto de este tema y evaluar que acción reguladora -no prohibición- es la apropiada. Esto explica que el uso de mentol esté presente en la mayoría de los países en el mundo.
Por otra parte los Comités Científicos Internacionales de mayor prestigio a nivel mundial, como la FDA en Estados Unidos y el SCHENIR (Comité Científico de la Unión Europea), así como la Organización Mundial de la Salud, tampoco han establecido una relación concluyente, de acuerdo a la evidencia científica disponible, que haya podido demostrar fehacientemente mayor daño, riesgo o mayor adicción por efecto del mentol en comparación con cigarrillos no mentolados.
Dado lo anterior, es evidente la manipulación de la información por parte de las autoridades de salud de nuestro país, en relación a la prohibición de aditivos en la fabricación de cigarrillos. Cabe señalar que en el contexto de prohibición de aditivos, el Congreso Nacional, al momento de discutir y aprobar el texto actual de la Ley del Tabaco, y la Contraloría General de la República, en los considerandos de su dictamen de fecha 06 de enero de 2012, fijaron estrictos parámetros para prohibir legalmente el uso de aditivos, lo que no cumpliría la propuesta del Ministerio de Salud, parámetros que por momento no estarían siendo sustentados por evidencia científica seria.
Las acciones reiteradas contra el consumo de tabaco en nuestro país, incluso manipulando arbitrariamente el contenido de la nueva ley, deja sembrada la duda, de porque las políticas de salud no tienen esta misma postura de hierro frente a los alimentos transgénicos, donde si existe evidencia científica y reiterados estudios de los efectos en la salud de las personas debido a su consumo reiterado, o bien como es el caso de la contaminación debido a las faenadoras de carne, o la contaminación del agua por arsénico, entre otras tantas acciones que afectan a la salud de los ciudadanos, y donde ellos no tiene ninguna opción de elegir, a diferencia del acto de fumar, que depende de la elección de cada individuo.