A los quince días de haber asumido el Gobierno, la presidenta Michelle Bachelet firmó el proyecto de ley que permitirá la creación del Ministerio de la Mujer. Es así como el propósito de la igualdad de género en Chile, comienza a tomar consistencia para aquellas que por más de tres décadas han protagonizado debates, exigiendo estrategias y políticas de desarrollo para el sexo femenino.
Sin embargo, la inmediatez con la que se gestó este proyecto -que pertenece a las 50 prioridades para los cien primeros días del Gobierno en curso- ¿tendrá la misma urgencia en su ejecución?
Hasta hace muy poco tiempo la presencia de las mujeres en diversos campos era apenas perceptible, muy opaca y hasta irreal. En la actualidad, la necesidad de dar institucionalidad a los temas que permitirán mayor inclusión, es inmediata, pero aún no se sabe con certeza cuándo comenzará a funcionar este organismo que hoy se encuentra en primer trámite constitucional en la Cámara de Diputados.
Este hito, que de acuerdo a la mandataria “contribuirá al desarrollo democrático y la igualdad en el país», no se gesta de la noche a la mañana. Por décadas la consideración de las mujeres no era clara y se las juzgaba sumidas en un mundo donde todo era asignado por hombres, quienes eran sujeto principal de la historia y de los esfuerzos del Estado.
No es difícil recordar que “ellas” fueron permanentemente excluidas de las referencias teóricas, metodologías y de los contenidos y estrategias políticas. Si no fuera por destacadas luchadoras que doblegaron los contextos de antaño, tales como: Maria Curie, científica pionera en el estudio de la radiactividad; Mata Hari, espía francesa durante la Primera Guerra Mundial; o nuestra Elena Caffarena, responsable del voto femenino en Chile; entre muchas otras, el valor humano de las féminas sería casi inexistente.
Aunque durante años era impensado que una mujer escapara de las labores hogareñas, en la actualidad es cotidiano que ambos géneros alcancen los mismos estándares laborales, políticos, económicos y derechos de libertades con posibilidades de desarrollarse en la sociedad conforme a sus propias aspiraciones.
De acuerdo a la encuesta Casen, en Chile, hace tres años la tasa de participación laboral femenina llegaba a un 43,5%. En cambio hoy, según el Instituto Nacional de Estadísticas al trimestre de noviembre 2013 – enero 2014, la participación femenina fue del 48,5%, pero aún la brecha de ingresos entre hombres y mujeres llega al 30%, pese a existir una ley de igualdad salarial.
Estas cifras demuestran un avance, aunque no reflejan la tranversalización necesaria, es decir, la valoración e equivalencia para ambos sexos. De todas maneras, sectores que antes eran netamente masculinos, con los años se han abierto a la presencia femenina y existen otros en los que se han destacado, como por ejemplo, en las carreras de “Enfermería, Nutrición, Psicología, Fonoaudiología, Pedagogía, Párvulos y Administración de Empresas”, de acuerdo a lo señalado por Álvaro Vargas, gerente general de Trabajando.com Chile.
La prisa por representar las preocupaciones y experiencias del género será el desafió que deberán superar los diez ministros que integrarán el comité interministerial de la Mujer, el que tendrá la difícil misión de evitar que se perpetúen las diferencias y conseguir marchar a paso firme hacia la equidad de género.